Si hiciéramos una encuesta general de lo que es interiorismo, la respuesta promedio sería decoración. Y es que incluso los blogs y páginas de arquitectura nos hemos enfocado tanto en resaltar la estética de nuestro trabajo, (lo que atrae al ojo humano) que hemos dado por hecho que nuestros usuarios entenderán que nuestro conocimiento es para procurar su salud y bienestar.
Pues bien, si me preguntaran por qué hago interiorismo, es porque quiero mejorar la calidad de vida de cada uno de los usuarios de los proyectos que hacemos. Entonces necesitamos interiorismo para mejorar nuestra calidad de vida, de todos los factores que conlleva tener una buena calidad de vida, el interiorismo tiene mayor peso en el bienestar físico y emocional y por ende tiene un impacto directo en el desarrollo personal.
Recordemos que la salud es en realidad un bienestar holístico, con esto podemos calificar objetivamente nuestros niveles de confort, y si mis espacios diarios me ayudan a completar estos estándares que necesito. Pongamos un ejemplo de esto:
“En las oficinas donde trabajo no logro concentrarme porque el microclima interno no es el adecuado, siempre es demasiado caliente o demasiado frío, y podría prender el aire acondicionado pero además de elevar las facturas de la luz (y consumir más recursos del planeta) hace que los que trabajamos ahí nos enfermemos con mayor frecuencia, además la distribución de nuestros espacios de trabajo son tan incómodos que compartir ideas, puntos de vista y la misma socialización se vuelve imposible, así que no solo nuestro espacio de trabajo nos enferma e incómoda, también hace que nuestros niveles de estrés sean elevados, por lo que mi salud emocional empieza a deteriorarse.” Ahora si vivimos esta situación 5 o 6 días a la semana 8 horas diarias, podemos imaginarnos el nivel de calidad de vida que tendremos, si hiciéramos este análisis en cada uno de los espacios en que nos desarrollamos ¿Que tipo de calidad de vida nos dan los espacios en que vivimos diariamente? ¿Cómo son los espacios donde habito? ¿Mis espacios de ocio? incluso ¿Mi propia ciudad?
Como les he mencionado en otros blogs el diseño es parte de nuestras posturas políticas, si socialmente hemos relacionado la calidad de vida con el nivel socioeconómico, entonces hemos despojado a varios sectores de un derecho universal. Porque ¿cuántas veces no hemos vivido el poder mercadólogo de los espacios? “Ese debe ser un lugar caro porque se ve muy bonito/está muy bien diseñado” y entonces si tienes acceso a los lugares “bonitos” es porque tienes el poder para comprarte una mejor calidad de vida. Y es que nos ponemos ante la postura que el diseño solo se hace por “belleza” entonces claramente lo vamos a segmentar; en primera porque la belleza es subjetiva, y en segunda porque la belleza no será el valor que toda la población priorice, cuando se tienen otras carencias que limitan la calidad de vida.
Pero sí que podemos priorizar el bienestar, y generar diseños que se vuelven parte del desarrollo personal de nuestros usuarios, es decir, puedo generar un ambiente de calidad tanto para la persona que se encarga del mantenimiento, como para el trabajador y para el cliente final de ese espacio. Y entonces puedo decir que hago interiorismo para generar espacios que brinden salud, espacios que permiten apreciar detalles efímeros, espacios para estar emocionalmente estable, espacios que invitan a cuestionarse, reflexionar y a revolucionar pensamientos, espacios que impactan positivamente en el bienestar holístico.